Crítica.

Hoy vengo a trataros un tema que no parece desaparecer en nuestros días y que es una desgracia social. Voy a manifestarme en contra del abuso infantil y algunas prácticas habituales que incluyen violencia y niños.


Según datos recogidos de la OMS, el maltrato infantil son los abusos que reciben menores de 18 años, e incluye todos los tipos de maltrato físico, psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que sean perjudiciales para la salud, desarrollo, dignidad del niño o poner en peligro su supervivencia.

Ahora bien, mucha gente opina que tiene que castigar a sus hijos de alguna forma y algún "cachete" no viene nunca mal, pero... ¿cuál es la línea que no se debe traspasar?
Desde mi punto de vista, un castigo físico no da la solución a ningún problema, quizás a corto plazo se solucione, pero no porque el niño entienda el por qué del castigo, sino más bien porque tiene miedo a esa figura autoritaria que se le impone ante él.

Además, todo esto, a parte de los aspectos negativos que tiene en el momento, en un futuro puede acarrear también consecuencias, tales como: actos de violencia, problemas conductuales, físicos, mentales, etc.
Si educas a los más pequeños desde un punto de vista donde la violencia lo soluciona aparentemente todo, lo va a llevar a cabo para resolver sus propios conflictos, lo que también perjudicará a su autonomía de pensamiento y resolución de problemas de una manera más lógica y coherentes. Todo esto tampoco fomenta el diálogo y muchos aspectos negativos más.

Pero no solo existe la violencia física, sino también la verbal, que pueden dejar huellas y heridas invisibles a los ojos de los demás.
Como ya he dicho en muchas ocasiones, las palabras pueden estar cargadas de un gran significado y la influencia que pueden llegar a ejercer es inmensa. Por tanto, hay que aprender a medir las palabras.
En mi opinión, hay muchas maneras de decir las cosas, y si quieres conseguir calar en alguien no hace falta que le hundas. Intenta sacar los aspectos positivos y refuérzale, no hagas tanto hincapié en lo que ha hecho mal, ya que puedes causar daños.

Todo lo dicho, lo podemos encajar no solo con los padres y sus intentos por corregir a sus hijos, sino también lo podemos extrapolar, como podemos ver en el vídeo, a la escuela.
El factor bullying también deja grandes marcas en los afectados, por lo que se deberían de fomentar prácticas en los colegios encaminadas a la acción igualitaria y no violenta, además de una supervisión y concienciación sobre estos casos.

Y ante todo, si piensas que esto no va contigo, te equivocas, porque aunque no lleves estas prácticas a cabo, el silencio también hace daño.


- Fuente: Pixabay

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